miércoles, 26 de enero de 2011

Por si algún día me preguntas por tus besos.

Anoche me preguntaron las hadas y me llenaron la cabeza de plumas. ¿Por qué eres tan celoso? En efecto, tus besos no se hicieron para compartir. Sería miserable por mi parte consentir que tus mordiscos caigan en desprecio por los labios de cualquiera. Decir que estoy conforme, jamás. Aún así reto a todo hombre a que te intente querer tanto como lo hago y verlos caer en el intento. Tus besos no son esclavos, son trofeos que no todos pueden conseguir. Y por eso si te beso, te beso. Y cuando acaba el último beso cuento el tiempo que falta para ganarme el siguiente.

Por si algún día me preguntas por tus besos, y yo te digo que detienen el tiempo, de mi boca a tu nariz.