lunes, 19 de octubre de 2015

Las mentiras que me conté en Abril.

Allí se quedaron, como tantas otras. Como el decálogo que empezaba por prometerme que debía volver a ser como antes y nueve otras distintas que tampoco se cumplieron. No era ingenuidad, un ingenuo no es capaz de ver que lo está haciendo mal, yo era plenamente consciente y aún así pensaba que ese era el único camino y que el resto debía seguir mis pasos. No era egoísmo, yo lo daba todo por los demás, todo lo que podía ofrecer que cada vez iba siendo menos. Llegar al punto de odiarme por no recordar donde estaba la palanca de la marcha atrás, arrancándome las uñas contra el suelo intentando retroceder mientras todo a mi alrededor se limitaba a avanzar y evolucionar. Tampoco avanzo mucho ahora, pero por lo menos no me resisto, he dejado de mirar atrás con deseo inalcanzable. Me dejo llevar, las uñas me están comenzando a crecer de nuevo y ahora los pies me duelen de andar de un lado para otro y no de intentar aguantar la presión de la vida pasando entre cuatro paredes. No creo en las historias de finales felices ni soy una nueva persona. No he cambiado tanto como para sentirme Mallory en la cima del Everest, aún necesito oxígeno. Aprender a cuidar de mi mismo, con mis miedo y mi todo, con todas las dudas que me vuelan la cabeza por las noches, que me anidan. Empezar a enamorarme de mi mismo, sin culto, de cuidarme y respetarme, de aprender conmigo mismo, de reconocer que tengo las rodillas llenas de barro y la ropa arrugada, de que soy un desastre, un maravilloso y manifiesto desastre. Me dijeron que si no tenía miedo a mis sentimientos. Mucho, tiemblo cada vez que me encuentro con ellos, sobretodo cuando implican a otras personas, sobretodo cuando te implican a ti. Pero como voy a querer a alguien, a cuidarlo, a darle todo lo que se merece si soy incapaz de hacer eso conmigo mismo. Primero el 10 y luego el 11, hay veces que aunque duela no se puede saltar a la comba con las instrucciones, no se puede construir un castillo sin arena, ni agua, la misma arena y agua que antes era piedra, y luego barro. Barro tal vez.