martes, 29 de septiembre de 2015

Pajarillo tu me condenaste a un amor sin final.

Con el suelo cubierto de cenizas para ver las huellas de mis pasos. "No debes volver a pisar sobre ti mismo, o al menos no de la misma manera".Cambio el sentido de las huellas, quito las astillas de mis huesos y no dejo de bailar, rebuscando entre los montones de ropa sucia que cubren mi cuarto. Bailo a la vida aunque a veces se me olvide sonreír y se me acuerde por qué se fue la sonrisa. Me dijeron que ya no escribo como antes, que mis dedos parpadean el teclado diferente, menos tierno. Quizás sea porque ya no estoy enamorado, o porque lo estoy de tantas cosas que he dejado de enfocar y se ve todo borroso. Aunque necesite gafas nuevas son diferentes tipos de amor y diferentes tipos de dolor los que se sienten. Mas crudo y menos tierno, vuelta y vuelta con el plato lleno de sangre se presentan los días como la minuta de un buen restaurante sin carta de vinos. Buena carne y nada de beber, no soporto la sed. La sed de beberte a sorbitos como antes, cuando me creía que bebía la vida, cuando te creía mi vida. Buenos tragos los de entonces, los de antes y los de ahora. Buena sed. La que tenía la conservo y de lo único que tengo miedo es de que se acaben todas las botellas que el mundo me pueda dar. Que mire al suelo y no queden cenizas o que estén intactas porque aprendí volar.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Necesito algo real, una buena bofetada. Unos ojos que se claven en mi mente y no me dejen pensar en nada. Necesito un grito que rompa este jodido silencio, un puñetazo que me devuelva los latidos del corazón. Serendipia, no dejo de moverme sin rumbo, hago mil novecientos noventa y nueve y no dejo un segundo a mi alma para descansar y todo me sigue pareciendo una mierda. Carne cruda apretándome las venas, un panorama inefable. Dámelo ya, no me hagas suplicar. No voy a suplicar. 

viernes, 18 de septiembre de 2015

Sin dejar rostro

Márchate a otro tiempo, inventa otro nombre, márchate bien lejos, sin dejar rostro. Borra las huellas con corchos de vino. Llena los álbumes de fotovacías, esconde tus pestañas detrás de las mías, que se apaguen los ojos y se encienda todo lo demás. llena el camino de calles coartadas, viaja muy lejos sin mirar al frente, camina de espaldas para que no te reconozca, rompe el silencio y di que me odias. Así tal vez...

viernes, 4 de septiembre de 2015

999

Mil besos, mil polvos, mil viajes, imagina que solo te quedaran mil cosas por hacer. Imagina que tienes que elegir lo que más te gusta en este mundo y repetirlo mil veces antes de estallar en mil pedazos. Mil de lo que sea, pero que valga la pena, al menos las mil primeras veces. Mil historias de princesas muertas. Mil apariciones en el momento justo para no poder hacer absolutamente nada. Mil conversaciones, mil veces llegando tarde, mil mordiscos de los que dejan huella. Mil cosquillas con el roce de los dedos, mil besayunos, cenas y quinientas veces de postre cada una de tus piernas. Mil segundos callado mirando las arrugas de tus labios. Mil noches en vela. Mil litros llenando los pulmones oliendo tu pelo recién lavado. Mil de cada una de esas cosas, durante mil días. Pero mil tampoco son tantas y pensabas que te agobiarían, y ahora matarías mil veces por llegar a las mil y una. Gritar, gritar fuerte, una y otra vez, esperando que cuando llegues a mil gritos te hayas quedado sin voz o por lo menos se te haya olvidado contar, y puedas volver a empezar porque el diablo ha sido bueno contigo.