lunes, 21 de septiembre de 2015

Necesito algo real, una buena bofetada. Unos ojos que se claven en mi mente y no me dejen pensar en nada. Necesito un grito que rompa este jodido silencio, un puñetazo que me devuelva los latidos del corazón. Serendipia, no dejo de moverme sin rumbo, hago mil novecientos noventa y nueve y no dejo un segundo a mi alma para descansar y todo me sigue pareciendo una mierda. Carne cruda apretándome las venas, un panorama inefable. Dámelo ya, no me hagas suplicar. No voy a suplicar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario