viernes, 17 de septiembre de 2010

Espero que no me odies por esto

Este texto habla sobre la imperfección, la desinspiración y en general lo que suelo sentir cunado escucho Havalina, o más bien, el sentimiento que me llega y provoca que no quiera escuchar otra cosa.

Quiero no cansarme nunca de escuchar tú voz, quiero no tener que recordar cuán solo estoy. Del quiero y no puedo en este mundo imperfecto donde el faro parece tener las luces fundidas para ti, mi faro de Alejandría desde el que intento llamar tu atención, montón de ruinas devastado por el paso del tiempo que nos separa cada día un poco más. De las ganas que tengo de raptarte en mi habitación y que pasen mil años, mil noches y una más y del miedo al agua. Sé que no vendrás por mi, que nunca pintaremos una línea completamente recta en la que nos superpongamos, lo demás está de más. Y nos chocamos a veces, tú y yo, tus labios y los míos, nos cruzamos y tengo miedo de que esa sea la última vez que desaparezca el infinito y vuelvas a dedicarme tus sonrisas y un abrazo tres veces por semana. Quiero más, son los gajes del placer.

Supongo que soy un cobarde de los que siempre acaban abandonándolo todo en cuanto necesita un mínimo esfuerzo. Estoy cansado de hacer y hacer y hacer y volver a hacer. Sobretodo estoy cansado de ver como se deshace en tus manos todo lo que hago, lo digieras, me des mi recompensa como al buen bufón que nunca dejará de servir en tu corte y vuelvas a esa mirada perdida esperando algo más, algo que soy incapaz de darte y que créeme, no hay cosa que me gustaría más. Me cansaré y acabaré con todo, es solo cuestión de tiempo y no soy capaz de luchar hasta el final. Estoy solo, muy solo y a veces pienso en la estúpida imagen que doy a los demás cuando intento rodearme con mis brazos por sentir algo puro, sucio y verdadero.

Quiero destrozarme y contemplar la perfección, mutilar todos mis sentidos y despojarme de todo y todos. A veces el odio es tanto que acabo martirizándome con litros de ron en cualquier discoteca y enamorándome de cualquier musa que me hable de Billy Wilder o cite Casablanca. Haría lo que fuese por olvidarte. Olvidar tu sonrisa, tus ojos, tu pelo, tus bostezos, las arrugas que se forman en tu nariz cuando te enfadas conmigo. Me quemas y estas noches siempre acaban mal, pensamientos sórdidos que solo te acompañarían en momentos de vacío, esos a los que tanto miedo tienes. Soy el jinete de la mediocridad y desprendo falta de talento en cada trote, aún así no dejo de intentarlo.

Puedo vivir sin sol, puedo vivir sin voz, puedo vivir sin ti, al fin y al cabo la vida no se acaba por amor vicio o desesperación. Todo gira en espirales y lo único que temo es que tú te encuentres en el epicentro, que sea incapaz de escapar de allí, que me canse de luchar por tenerte, que me odies por prometerte que nunca me enamoraría de ti, porque no soy perfecto y hay promesas que están hechas para romperlas, como la porcelana.

Porcelana… porcelana que se rompe solo con mirarla, porcelana triturada cuando hacemos el amor, cuando muerdo, cuando muerdes, porcelana que se rompe como tú y como yo.

1 comentario:

  1. Parece que España se está llenando de charcos. Necesitaremos 3 veranos para secarlos. Pero por si acaso, ve preparando un mocho...

    ResponderEliminar