Parece mentira que lo escribiera hace tanto y que aún así te siga definiendo a la perfección.
Verde oliva y rojo frambuesa, y mi lengua guardada en tu jaula. Esponja, Absorbes mis sentidos con destreza. De tu cuerpo y de sus mil sonidos, de la resonancia de esa caja musical perfecta. De tu blanca piel de cereza. De mis labios paseando desde tu ombligo a las estrellas y tan callando, bajando, hasta el infinito bajando. La brisa me da pereza…
Y la constante de Madelung me recuerda a tus tetas, gelatina de fresa.
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