martes, 7 de julio de 2015

21 minutos al día.

A veces pienso en ti incluso vestida, y otras veces en el lienzo de mi cama donde ya no se pintan esas siluetas empapadas en sudor. En el precio de los pinceles de unas piernas bonitas, dientes de niña mellados de no morder (o de morder mucho) y gatos de regaliz. Una linea roja donde todos entran menos yo, que solo pienso en inundaciones mientras sube la marea y arrastra todo a su paso. Ya no importan los colores. Los colores de unos ojos que me cuenten una historia nueva. Una mirada que congela y unas palabras que queman.

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