Estoy en el cajón de las cositas malas,
entre pilas oxidadas y
gomas para el pelo
que creías olvidadas.
Justo al fondo del cajón,
que miras de reojo abrazada a la almohada,
cuando la pizza no te deja dormir
y haces tirabuzones en la cama.
Algunas veces vivo y otras veces la vida se me va con lo que escribo.
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