Hice de ti trozos tan pequeños que te fundiste con el aire, y aún así no llegué a comprenderte en su totalidad. Ahora junto los suspiros, las arañas, las miradas, las cenizas...Cada pieza con cuidado esperando con recelo que te vuelva a desmontar.
De las mil y una veces que me miras y preguntas por qué sonrío, por qué te miro, por qué no hablo... Callo para oirte, miro para entenderte y sonrío cuando encuentro una nueva forma de volverte a desmontar.
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Sólo por todos los "¿y tú por qué eres tan guapa?" ya vale la pena ser desmontada por ti.
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