jueves, 5 de noviembre de 2015

Tinta china para el color de tus ojos.


Son tus ojos de bruja los que cortan venas. A kilómetros ya huelen, pero cuando chocan nuestras narices es cuando inundan de salitre mis pulmones. Ojos de mar. Ojos negros donde no llega la luz que apenas dejan para dibujar tu silueta. Ojos que callan mientras exhalas para que se oigan las olas de tus pestañas. Ojos que le quitan el protagonismo a las estrellas que se reparten por tus mejillas. Ojos de luna, de luna negra, que cala. Que me cala y no puedo dejar de mirar, tengo miedo y no puedo dejar de mirar esperando a que se rompan en mil pedazos y me tiñan de ese negro, de ese olor a sal. Miedo es poco cuando hablo de ti, poco es nada, pero esos ojos que no tienen dueño tampoco tienen escala para definir el miedo. No preguntan, y yo solo pienso en el sonido de las gotas contando los segundos que faltan para volver a sentir ese miedo, para volverme a poner cara a cara contra esos ojos y dejar que se pare el mundo mientras se acelera mi corazón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario